Por: Maria Clara Garcia, Founder & CEO.
Mis más de 35 años de experiencia como educadora me han llevado a conocer muy bien a los jóvenes. A saber que su formación va más allá del salón de clase, e incluso de su hogar. A entender que su futuro y éxito profesional no depende sólo de las calificaciones o la disciplina. Para mí, todo joven es un diamante, y mi pasión, ayudarlos a brillar.
Como profesora siempre quise acercarme más a mis estudiantes, entender su contexto, necesidades, frustraciones e identificar su potencial. Es así como me di cuenta que un alto porcentaje de jóvenes se gradúa del colegio sin tener la menor idea de qué quiere estudiar. Sí, con una carrera elegida, pero sin saber qué es lo que les gusta o les apasiona.
La pasión es un motor, es lo que lleva a que el ser humano desarrolle su potencial, es lo que hace al diamante brillar. Por eso, después de años de educar en las aulas y de formar rompiendo paradigmas a través de las simulaciones de los Modelos de Naciones Unidas, decidí enfocarme en ayudar a jóvenes y a sus padres en estos años críticos de la formación y el desarrollo vocacional.
Es así como nació Visionarium, una incubadora de liderazgo y creatividad para jóvenes entre los 14 y 20 años, basada en Nueva York. Un espacio que no discrimina por desempeño académico o disciplina, en el que el único requisito es que el estudiante quiera participar.
Esta incubadora está diseñada como un proceso en el que el participante empieza por un despertar, se inicia a través de la inmersión, y crea a través de la incubación.
Durante una semana en Nueva York, les brindamos experiencias con empresas exitosas como Google, Bloomberg, J.P. Morgan, Sotheby´s, Gensler, Global Citizen, Ogilvy, entre otras, y personajes que, a través de sus historias, demuestran que todo gran proyecto empieza por un sueño. Este es el Despertar: en que conocen, aprenden y adquieren habilidades como oratoria, negociación, presentación personal y etiqueta y protocolo. Así, al escuchar las experiencias de personas reales en ambientes reales, despierten el deseo de soñar en su propio proyecto.
Proyecto que no solo empiezan a materializar a través de lo que deciden estudiar en la universidad, sino también a través de la forma en la que empiezan a tomar sus decisiones, a relacionarse con su entorno y a actuar en cada una de las situaciones en las que se enfrentan. Es ahí dónde viene la Iniciación, una semana en la que los jóvenes analizan de cerca casos de estudio, hacen parte de simulaciones y son expuestos a situaciones de crisis.
Y como tercer pilar del proceso, la Incubación, una semana intensiva en el que ese proyecto, ese sueño, esa pasión, toma forma y se materializa con la ayuda de organizaciones y expertos que vienen acompañando el proceso desde el Despertar.
Eso es Visionarium, una incubadora, un proceso, una red compuesta por jóvenes, grandes empresas y destacados líderes y profesionales que interactúan de infinitas maneras para formar la próxima generación de líderes visionarios.
Con Visionarium no busco formar mejores estudiantes, sino mejores seres humanos. No les ensañamos ciencias exactas pero si como priorizar, respetar a los demás, manejar el estrés, devolverle a la comunidad, trabajar en equipo y ser un buen líder.
Sueño con un mundo lleno de jóvenes no solo exitosos sino felices, que descubran que los mueve y así muevan el mundo. No tengo requisitos, solo necesito visionarios con ganas de estar y aprender. Del resto, me encargo yo.